Regina está dotada de una sensibilidad extraordinaria. Es capaz de percibir sin parangón los matices de la naturaleza: la luz que la inunda, los brillos que refleja, los colores que la bañan, el sonido que la mece, la temperatura que desprende, la energía que irradia…

Regina solo podía ser artista. Ha modelado el barro y tallado la piedra y la madera, ha fotografiado rincones de todo el mundo, escribe susurros, ha decorado espacios y se ha emocionado con los libros, la música y el baile.

Ahora, a su faceta artística, se une esta colección de joyas, auténticas obras de arte en pequeño formato. Tesoros extraídos de su universo personal donde los sonidos del océano y el silencio de la tierra son protagonistas.

Estas obras nos conectan a través de su forma, superficie, materia y volumen con la emoción y el sentir profundo del ser.

El oro y la plata son los envoltorios que las recubren y las gemas son solo piedras que acompañan a estas porciones de naturaleza tan calladamente vivas y rotundas.